lunes, 26 de enero de 2015

Los viajes de nuestro Principito

Mi primer libro ("El amor azul marino") y el último ("Nanas para un Principito") son sin duda mis obras más intimistas. Escritas en primera persona, en ambas realizo -metafórica y literariamente hablando- un desnudo integral, aderezado con los cuentos que rubrican cada vivencia compartida. Haberlos empezado en una noche de Reyes, contener un número de relatos múltiplo de siete o destinar cuanto pudiera corresponderme en concepto de derechos de autor a la ONG "Aldeas Infantiles SOS", son otras de sus similitudes.
Sin embargo, "Nanas para un Principito", además de estar ilustrado por una artista y amiga tan genial como Raquel Ordóñez Lanza, tiene una particularidad que le hace especial: y es que en él narró las vicisitudes de mi pequeño Manuel -a quien cariñosamente apodamos en casa "el Principito"- durante sus dos primeros años de vida.
El Encuentro Internacional de Literatura Infantil y Juvenil de Astorga, la Feria del Libro de Zaragoza, la Feria de Artesanía del Val de San Lorenzo o la Feria del Libro de Madrid son algunos de los marcos en los que hemos presentado esta obra. Y ya anticipamos que, en cuanto llegue la primavera, nuestro Principito volverá a hacer su maleta... porque le encanta viajar.

sábado, 17 de enero de 2015

Y aquella otra en azul celeste

Y si compartir viene de "partir con", hoy comparto otra de esas críticas a mi libro "El amor azul marino". En esta ocasión viene de una lectora del Levante y, también con todo mi agradecimiento para ella, dice así:

Buenas noches, Manuel:
Muchas gracias por tu libro y por esa cariñosa dedicatoria. Todas o casi todas hemos empezado a leerlo y todas lo hacemos con placer. Tiene la virtud de subirte el ánimo y además te ayuda a ver la vida y los aconteceres diarios desde otro ángulo diferente, un ángulo que siempre es positivo. 
Está muy bien escrito, de forma concisa por lo general, pero exacta y muy clara. Anoche antes de dormir disfruté con tu abuelo Tomás, el pastor soriano a quien, como a mi  padre, le gustaba pescar en el Duero.
Seguiré disfrutando con tu escritura, que además permite leer en cualquier momento durante unos breves minutos y que posibilita releer después pasajes o cuentos concretos cuantas veces quieras.
Espero que nos volvamos a ver pronto. Y si vienes a presentar el libro por aquí, ya nos avisarás.

lunes, 12 de enero de 2015

Aquella crítica en azul marino

De entre las diversas críticas que por parte de quienes te leen he recibido sobre mi libro "El amor azul marino", comparto en esta noche la primera que llegó. La hizo una lectora desde Zaragoza, al poquito de editarse la obra, y -con todo mi agradecimiento y cariño hacia ella- dice así:

Hola Manuel: Mi hermana me regaló "El amor azul marino" para Reyes pero, como siempre tengo un montón de ejemplares en mi mesilla de noche, hasta hace casi un mes no pude ponerme a leerlo.
Solamente decirte que me ha encantado. Gracias al libro he recordado muchas sensaciones que creía tener dormidas desde hace algún tiempo, ha sido una maravilla leer cada noche un capítulo y recordar con tus vivencias las mías propias. Muchas gracias por haberlo escrito, por reflejar de una forma tan bonita el mundo de los sentimientos que muchas veces olvidamos debido a nuestra vida llena de trabajo y estrés, por dar a la familia, a las raíces de cada uno la importancia que se merece y recordar que siempre es el amor -en todas sus vertientes- el que mueve nuestra vida.
No dudes en escribir otro libro; estaré esperándolo con ilusión.

martes, 6 de enero de 2015

Feliz Día de Reyes

El primero que apareció en sueños fue el Rey Melchor. Vestía ropa informal en una ciudad repleta, pero lo reconocí enseguida por la ternura de su mirada. Nos saludamos como viejos amigos y comentó:
- Manuel, ¿por qué esta vez no has pedido nada?, ¿quieres alguna cosa para ti?
Tras un instante de silencio respondí que no, pues lo que verdaderamente deseaba se lo había llevado el pasado de manera irremediable. No obstante, le dije que si en alguna ocasión pudiera elegir dónde vivir me gustaría hacerlo en un mundo sin Memoria. Un universo carente de vivencias, sin recuerdos, para que no sobrevinieran las desgracias del ayer, para que nadie empuñara un rifle por algo que sucedió hace siglos, para que ningún alma guardase un reproche en su interior.
Melchor quedó desconcertado y, tomando mi brazo, me llevó ante las puertas de un asilo. A través de sus verjas contemplé unos cuerpos tibios, inmutables, carentes de sensaciones. Sin lágrimas ni sonrojo, sin luces ni sombras, aguardaban silentes en un solar detenido junto al andén del Alzheimer.
- Dentro de ese recinto no existe la Memoria -asentó su Majestad-. Cierto es que ningún demente recuerda sus penurias, pero tampoco sus venturas y alegrías. ¡Y la vida está llena de estas! Porque saber vivir consiste precisamente en eso, en aprender de los errores y disfrutar de todo lo bueno que se te ofrece. No permitiré que reniegues nunca del legado maravilloso de quienes ya no te acompañan. Ese será mi regalo para ti.
Dicho esto, me dedicó su sonrisa más tierna y se alejó.

Nota: Párrafo perteneciente al cuento "Noche de Reyes", incluido en mi libro "El amor azul marino".

jueves, 1 de enero de 2015

Feliz Año 2015

Sean estas líneas para desear a todos lo mejor de lo mejor en este nuevo 2015 que acabamos de estrenar. De seguro que en lo personal va a ser un año muy especial, como iré comentando día a día. Y por ello, su sistema de medida será igualmente singular: el calendario que ha tenido a bien editar la Delegación Episcopal de Pastoral Penitenciaria de Zaragoza, en la que sale una fotografía mía con motivo de la jornada literaria que -en torno a mi libro "El amor azul marino"- compartí a través de sus responsables con los internos del club de lectura del Centro Penitenciario de Daroca. Personalmente, resultó una experiencia tan positiva como inolvidable.
Lo dicho: feliz Año Nuevo, en el que -como siempre afirmamos los cuentistas- no nos dejaremos de contar.